La caída en el consumo fue en enero con respecto a diciembre pasado. Las fiestas de fin de año potenciaron el consumo en el último mes del año y eso contrastó con los niveles de venta de enero. También el hecho de que muchos riojanos salieron de vacaciones en enero y eso retrajo aún más las ventas.
El consumo de carne en los supermercados en La Rioja cayó un 47,2% en enero con relación a los volúmenes de venta que se habían registrado en diciembre pasado.
De acuerdo a los datos provenientes de la Encuesta de Supermercados realizada por el INDEC y a los que economiariojana tuvo acceso, en el primer mes de 2020 se consumieron en La Rioja más de $48,5 millones en carnes mientras que en diciembre el consumo había alcanzado los $91,8 millones, es decir, una baja que superó los $43,3 millones. Esa merma representó una caída en las ventas del 47,2% ya mencionado.
Lasa cifras de enero sobre el consumo de carnes aportados por el INDEC es el último dato disponible que dio a conocer por el organismo estadístico nacional.
Esta caída en las ventas de carne en los supermercados riojanos encuentra su explicación en dos factores, además de la crisis económica que vive el país. En primer lugar, en diciembre el consumo de carne se disparó por las fiestas de fin de año y esto se potenció porque además se cobró el medio aguinaldo y, en el caso de los estatales, también la primera parte del bono de fin de año ($4.000).
Otra razón que puede explicar la baja del consumo es que en enero había menos gente en La Rioja a causa de las vacaciones. Muchos riojanos salieron de la provincia y así, trasladaron sus consumos hacia otros puntos del país y, en menor medida, al exterior.
Hay que destacar que estos datos sobre los niveles de consumo de carne se recabaron solamente de las ventas que se produjeron en los 14 supermercados más grandes la Provincia. Esto significa que el relevamiento del INDEC no incluye la venta del producto en carnicerías ni almacenes de barrio.
Además, este informe analiza la facturación final del producto, es decir que no considera que si la carne aumentó su precio entre diciembre y enero. Es decir, que la venta no solamente bajó en el monto final consumido, sino en cantidad de kilos por persona.