La desgravación arancelaria que se producirá en un lapso máximo de 15 años puede provocar que la Argentina pierda el mercado brasileño. En la COR estiman que el país podría dejar de vender a Brasil unas 7.000 toneladas de aceite (entre fraccionado y a granel) más otras 6.000 en el mercado interno. Esto representa cerca del 30% del total producido por el sector.
En el sector olivícola de la Provincia hay una fuerte preocupación por la inclusión del aceite de oliva en el reciente acuerdo entre el MERCOSUR y la Unión Europea. La inquietud del sector se enfoca no solo en las exportaciones -con Brasil como principal mercado- sino también en el mercado interno.
En ese marco, el pasado 11 de julio se llevó a cabo una reunión de la Mesa Olivícola Nacional que tuvo lugar en la Secretaría de Agroindustria de la Nación y donde se analizaron las implicancias del acuerdo entre el MERCOSUR y la UE.
Uno de los puntos de preocupación es la desgravación arancelaria que tendrá el aceite de oliva en un plazo de 15 años. Esto significa que en un lapso de 15 años, el aceite de oliva procedente de España -principal operador mundial de aceite de oliva- empezará a pagar cada vez menos aranceles por la introducción del producto hasta llegar a la desgravación total.
El momento cero de ese periodo de convergencia se iniciará en el transcurso de los próximos dos años, plazo máximo en el que los parlamentos de 28 países europeos deberán aprobar el acuerdo.
En este punto, el gerente de la Cámara Olivícola Riojana (COR), Diego Andrada precisó que la inclusión del aceite de oliva en el acuerdo se hará manteniendo un Arancel Externo Común (AEC) de 31,5% en el caso de la Argentina y del 10% en el caso de Brasil. "Esto significa que si un español quiere vender aceites en la Argentina debe pagar un arancel de introducción del 31,5% pero si quiere venderlo en Brasil el arancel es del 10%. Es decir que le conviene venderle aceites a Brasil y eso le va a sacar mercado a la Argentina", explicó.
A su vez, el empresario dijo que en este contexto se va a generar una situación de desventaja competitiva frente a España porque en el país ibérico hay subsidios a la producción agrícola "mientras que en la Argentina tenemos que pagar todos los costos existentes y esto generará inequidad y nos impedirá ser competitivos".
Andrada advirtió que por esa razón el sector olivícola argentino se enfrenta al peligro de perder el mercado brasileño por una cantidad estimada de 7.000 toneladas de aceite de oliva (entre fraccionado y a granel) más una pérdida similar en el mercado interno. "Si debemos cuantificar las toneladas de producción de aceite de oliva argentino que podrían afectarse por el acuerdo, significarían unas 7.000 toneladas exportadas anualmente a Brasil y unas 6.000 para consumo en el mercado nacional. Esto representa aproximadamente un 30% del total producido", alertó el empresario.
Al mismo tiempo, el representante de la COR sostuvo que "para el aceite de oliva abrir el MERCOSUR resultaría peligroso, en tanto y en cuanto la UE mantenga los subsidios a la elaboración del aceite de oliva". "Así planteado la competencia solo sería ventajosa para los aceites europeos. Esto impactaría directamente en los productores que abordan mercado nacional y mercado brasileño, que fraccionan y adicionan valor en territorio, lo que impulsa la actual política pública, que son mayormente pymes", añadió.
A su vez, Andrada consideró que el acuerdo entre el MERCOSUR y la UE "debe servir para discutir mejoras sustanciales en la competitividad regional, con una visión sistémica, no solo sustentada en el tipo de cambio competitivo sino que también deberán darse discusiones sobre los costos energéticos para riego agrícola, costos logísticos e impositivos en regiones y provincias como La Rioja".
"Para esto el rol de los Estados Provinciales es crucial para la construcción de las políticas públicas de mejora en la competitividad. En el momento que comience a operar el tratado de libre comercio, deberán implementarse medidas compensatorias para los productores nacionales que fraccionen el producto y vendan en el mercado interno", expresó.
"Cuando se habla de 15 años parece mucho tiempo, pero para un productor olivícola 15 años no son nada. Vamos a necesitar saber cuáles van a ser las medidas compensatorias para seguir produciendo cuando el arancel sea cero y eso va a pasar en un lapso de 15 años. Si los gobiernos provinciales no ponen en agenda los problemas de competitividad de sus sectores productivos, el Gobierno nacional menos aún lo va a hacer", concluyó.