A tres años del comienzo de la pandemia el sector no se recupera y circulan casi un 30% menos de unidades que en marzo del 2020. La baja rentabilidad, el problema de los costos de mantenimiento y la influencia del mal estado de las calles. Informe especial de "Economía Riojana" con algunos números para entender la realidad del sector.
En ciertos horarios del día conseguir un taxi o un remís continúa siendo una tarea imposible. La suma de varios elementos llevaron a esta realidad que golpea a los usuarios capitalinos de este servicio.
Según las ordenanzas vigentes, en la ciudad Capital deberían circular aproximadamente 750 remises y 480 taxis. Sin embargo, de ese total se estima que hoy en las calles riojanas solamente se encuentran unas 800 unidades circulando entre los dos servicios.
Es decir, hay un 30% de unidades habilitadas pero que no están trabajando.
El problema tiene varias aristas.
El primero es que muchos choferes y propietarios dejaron de trabajar durante la pandemia. Por pertenecer a grupos de riesgo en términos sanitarios, varios optaron por no salir a la calle durante el momento más crítico del COVID19 y luego de levantarse el aislamiento, no regresaron a sus trabajos en el sector del transporte.
El segundo elemento es la rentabilidad. El costo de la tarifa hoy se encuentra en $160 la bajada de bandera y hace seis meses que no se modifica, con lo cual el proceso inflacionario golpeó de manera directa la rentabilidad del sector. En ese sentido, las Cámaras empresarias del rubro ya presentaron ante el Concejo Deliberante un pedido de actualización de la tarifa del 30%.
Finalmente, está el estado de las calles. Los taxistas y remiseros se quejan que sus unidades circulan más que un vehículo normal y eso provoca un desgaste permanente ante los baches y pozos que encuentran en las calles de las arterias de la Capital.
En la conjunción de esos elementos surge esta realidad de que conseguir un taxi en ciertos momentos del día es una tarea casi imposible.