El promedio de préstamos se ubica en $10.063 frente a una media nacional que alcanza los $32.819. Se trata de préstamos que abarcan sólo al sistema financiero formal. El dato marca que en la Provincia hay niveles muy bajos de préstamos bancarios por habitante, debido al alto grado de informalidad en la economía, a los sueldos bajos y a los exigentes requisitos que piden las entidades para acceder a ellos.
En la Provincia el promedio de los préstamos bancarios por habitante se ubica en $10.063 y con ese valor queda bastante por debajo de la media nacional que alcanza los $32.819.
Los datos que publicamos en esta nota de Economía Riojana provienen del Ministerio del Interior de la Nación y corresponden al tercer trimestre de 2017.
Con este monto de $10.063, La Rioja se ubica en la sexta posición entre las provincias del país con menor tamaño de mercado financiero en lo que hace a los préstamos bancarios por habitante.
Además de La Rioja, las otras provincias con menor promedio de préstamos per cápita son Formosa, Catamarca, San Luis, San Juan y Santiago del Estero respectivamente.
En esta lista de los distritos con peores niveles de préstamos bancarios, se destacan las provincias del Norte argentino, una de las regiones del país que siempre muestra bajos niveles de desarrollo económico.
Hay que aclarar, que el nivel de préstamos que se analizan en esta nota se circunscriben al sistema financiero formal. Se trata de bancos y empresas financieras que están reguladas por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), en donde para acceder a estos préstamos se debe contar con un alto nivel de formalidad en la actividad económica que se realice y donde además los requisitos para otorgarlos son bastantes exigentes.
Por esta razón, las mayorías de las provincias del Norte argentino, incluyendo a La Rioja, cuentan con niveles muy bajos de préstamos bancarios por habitante, debido al alto grado de informalidad en sus economías, tanto de personas como empresas y gobiernos.
Además, al tener estas provincias los niveles de ingresos más bajos del país, se dificulta aún más cumplimentar los requisitos que piden los bancos para otorgar los empréstitos.
Muchas veces, esta situación genera que las personas con menores ingresos decidan recurrir a préstamos fuera del sistema financiero formal, lo que suele derivar en situaciones de usura y altas tasas de interés. Así, el préstamo termina siendo más un problema que una solución para estos sectores.
