Se trata de números oficiales y marcan como para la mayoría de los profesionales de la Provincia el Estado aparece como la mejor opción a la hora de buscar empleo en detrimento del sector privado.
El último estudio en materia laboral del INDEC marca a las claras la preeminencia del Estado provincial en el mercado laboral riojano, aún en aquellos ámbitos en donde se podría imaginar una mayor presencia del sector privado.
El último censo nacional estableció que el 62 por ciento de los profesionales riojanos cumplen tareas dentro del Estado provincial, mientras que un 17 por ciento desarrolla sus funciones laborales en el sector privado, un 13 por ciento ejerce su profesión de manera autónoma, un 7 por ciento son propietarios del lugar en el cual trabajan y el 1 por ciento restante lleva adelante un emprendimiento familiar.
Del informe que presentamos en Economía Riojana se traduce que casi el 80 por ciento de los profesionales están en condiciones de asalariados. Este dato ratifica el poco desarrollo que el ejercicio de la profesión de manera autónoma tiene en nuestro territorio provincial.
Lo que en algún momento se conoció como las “profesiones liberales”, parecen haber perdido terreno en estos últimos años. En este sentido, se debe precisar que existen casos de profesionales que trabajan tanto en el ámbito público como en el privado.
Sería interesante recordar que en la última década los trabajadores asalariados que se encuentran dentro del marco de convenios colectivos de trabajo mejoraron su situación laboral de la mano de las paritarias. Pero no es el caso de los estatales riojanos, ya que en la Provincia no existe una mesa de negociaciones donde patronal y trabajadores puedan –gremios mediante- discutir mejoras salariales y laborales.
En ese rubro estatal –donde cumplen tareas el 62 por ciento de los profesionales riojanos- las mejoras en la remuneración no fueron tan significativas y entonces la capacidad de su salario real fue perdiendo fuerza de la mano del proceso inflacionario que se vive en los últimos años. Así, ser un profesional que trabaja en el Estado no fue beneficioso en términos económicos.
En cuanto a la incidencia en cada sector de los profesionales, queda reflejado en el censo nacional que cada 8 empleados públicos uno es profesional y en el ámbito privado recién cada 32 trabajadores existe un profesional con título universitario.
Estos datos también podrían explicarse desde la realidad del sector privado riojano, en donde las últimas Encuestas Permanentes de Hogares vienen mostrando al comercio y a las fábricas del Parque industrial como las principales fuentes laborales. Ambos rubros requieren trabajadores calificados pero no necesariamente que cuenten con un título universitario.
Finalmente, es interesante reflexionar que si cada ocho empleados estatales uno es profesional, existe una gran base en conocimientos que el Estado no estaría aprovechando en su total magnitud. Es decir, el Estado podría tener una mayor claridad y contundencia en el desarrollo de los diferentes proyectos que pretenda concretar. Recursos humanos tiene.
